EL VIAJE ASTRAL ~Capítulo 2~


~Capítulo 2~
-… ¿Qué?-le digo yo sorprendido-

-No tiene señales de golpes, ni nada que el forense pueda decir-me dice- solo que murió ayer… pero no hay señales de nada.

Philip me mostraba las fotos de la escena, no había nada que nos pudiera ayudar. Nada y Philip me dijo que lo mismo había pasado con una familia, esto ya se tornaba desesperante. Yo no podía decir nada, no podía decir que había soñado que algo o alguien asesinaba a mi compañero de estudio. Si lo hacía podría significar alzar sospechas que haya sido yo quien lo asesino cuando no es así.  Seguimos hablando en la sala de mi Apartamento hasta que llegó el forense.

-Solo puedo decir que fue por paro respiratorio… de alguna forma dejó de respirar-dijo él desde la puerta acercándose a nosotros- Tenemos que irnos, debo examinar el cuerpo en el laboratorio.

Philip me hizo las típicas preguntas, no era algo del otro mundo. Había dos asesinatos en pocos días, y solo coincidían en que sus muertes son muy extrañas. Cuando terminamos de conversar él se fue. Yo sentía que el dolor de cabeza me iba a matar, era latente y horripilante. Me tumbé en mi cama y dormí mientras los ojos me lloraban sin saber el porqué.

Cuando me levanté al siguiente día me sentía cansado. Hice mi rutina típica y me fui a la universidad. Durante todo mi viaje a la universidad estuve tratando de pensar un poco en lo que está pasándome y sobre las muertes de hace poco. Pero solo hacía que mi dolor de cabeza empeorara.

Cuando acabé mi primer clase, todos salieron y yo fui el último en salir del aula, bueno excepto el maestro, él siempre se queda esperando el siguiente grupo. Cuando salí del aula ví que el pasillo estaba completamente solo, no había ni un alma. No me preocupé hasta que llegué al pasillo he intenté mirar la hora de mi reloj. Mi reloj estaba detenido, sus manillas no se movían. Seguí hacía la puerta de salida, quería tomar aire. Pero al llegar a la puerta esta estaba cerrada y su manilla estaba helada, más helada que mi alma sin exagerar.

-¡Púdrete, puerta!-La pateo-

Decidí seguir por otro pasillo buscando otra salida y fui a cuatro salidas y todas cerradas. No había ni un alma. Me asusté y empecé a caminar más rápido, mientras caminaba miré mi celular y no tenía señal, ni wifi.

Empezó a temblar muy fuerte, me agarré de una pared. Al fondo del pasillo apareció la misma sombra oscura que había visto al inicio, se dirigía hacia mi muy rápido. Yo me aterré y corrí hacía la biblioteca que estaba muy cerca.  Cuando llegué a la biblioteca me escondí en una estantería. Pude ver como la sombra oscura traspasaba la puerta.  La sombra empezó a tomar una forma con aspecto de hombre muy oscuro con rostros de gritos moviéndose a su alrededor.  Se escuchaba un sonido muy agudo mientras caminaba. Sin darme cuenta había alguien en la biblioteca, pero no podía reconocerlo porque mi visión era borrosa, pero podía ver como se ocultaba debajo de un escritorio.

¿Qué quería esa cosa con nosotros?, ¿qué era esa cosa? La sombra encontró a la otra persona y la empezó a devorar grito tras grito. Los sonidos de ambos se combinaban. El sonido de los gritos de la persona y el de la sombra. Yo estaba aterrorizado. Por el simple hecho de ver tanta sangre me empecé a marear y ver muy borroso. Salí de mi escondite y corrí. Corrí y corrí como cuando Forest corría, corría como si no hubiese un mañana. Vi una puerta de salida, pero pensaba que estaba cerrada así que me lancé contra ella. De la nada abrió, como si nunca hubiera estado cerrada y caí al suelo.

Las personas se burlaban de mí, como si no pasase nada raro. Anthea se acerca, me levanta y se ríe de mí.

-¿Qué te pasó?-me dice ella entre carcajadas-

-Nada, solo me caí- le digo yo sosteniendo mi mano derecha con la izquierda, estaba temblando-

-¿Estás bien?, estás temblando-me dice ella cogiéndome las manos aterrándose-y suma estás helado.

Yo caigo dormido entre el pecho de Anthea, desde ahí perdí el conocimiento. Debo suponer que fue por el cansancio o el terror que había acabado de sufrir.

*¡No, déjenme salir!*

Escuchaba yo los gritos de un tipo al fondo de un pasillo oscuro, me levanté. -¿Dónde estoy?- me pregunto a mí mismo.

*¡Quiero ver a mi familia!*

-¿Hola?-digo yo algo fuerte-

-¡Por Dios, ayúdame!

Me acerco al origen de la voz y veo a un tipo encerrado en una habitación, con una luz muy pobre flotando en el techo. El hombre al verme se levanta y se acerca a la ventanita de la puerta que tenía unos barrotes. Yo me alejo asustado, él me dice:

-¡Ayúdame!

-Cálmate-le digo haciendo señales con mi mano- ¿Qué es este lugar?

-Y-yo no lo sé… cu-cuando desperté aquí no recordaba nada, ¡no sé cuánto tiempo he pasado aquí!-me dice gritando, signos de locura por el encerramiento-

-Dime que hacer. Dame información-Le digo mientras me temblaban las piernas y tragaba saliva-

-No sé cómo es afuera… llevo tanto tiempo aquí, que, yo-empieza a gritar-

-Respira, copera conmigo-¿quién coño era este hombre?, me decía en mi mente-¿Cómo te llamas?

-Mi nombre es…no logro recordar mi nombre… es… es… es… Damen-dice alejándose de los barrotes y sentándose en el suelo-

-Okey-me acerco yo a los barrotes- Ahora dime: ¿cuánto tiempo llevas aquí?

-No lo sé-agarrando su pelo con su manos mientras llora-

-Respira, ¿Cómo puedo sacarte de aquí?-le digo yo-

-Siento como si hubiesen pasado años desde que estoy aquí. Eres la primer persona con quien tengo contacto… yo no sé cómo es afuera… es por eso que no sé cómo decirte que me saques de aquí… el accidente, OH mi Dios, el accidente-llora de una forma que me hace doler los oídos-

Los llantos y gritos del hombre me hicieron taparme los oídos y empecé a correr. Hasta que desperté en la enfermería de la universidad.

Me desperté de un salto, mi corazón estaba latiendo a mil. A mi lado, dormida estaba Anthea. Dormía con tal suavidad como la de siempre, era preciosa a mis ojos, como una joya que no quisiese ensuciar. Yo la agarro la mano y le sonrío, a lo que ella despierta y me dice:

-Por fin despertaste. Te tuvieron que aplicar suero-me dice ella bostezando-

-¿Estamos en el hospital?... ¿Cuánto tiempo he dormido?-Le digo yo-

-Cuatro horas, creo… estabas más helado que mi alma sabes-me dice ella sorprendida-

-Uy, tan helado no pude haber estado. Hay cosas frías en el universo, entre esas está tu alma y el corazón de mi ex-soltando una pequeña risa-

-Anthea se reía- Nadie le gana a tu ex la verdad.

-Sí, pero no hablemos de ella, yo tengo sentimientos sabes-le digo haciendo una señal de corazón roto-

El médico se acercó a nosotros y dijo: -Tienes un severo cansancio. Te receté unas pastas para dormir y vitaminas.

-Tranquilo, Doctor. Yo misma se las voy a embutir en caso que él no se las tome.

Salí del hospital junto con Anthea que me preguntaba de forma muy intensa sobre lo que me estaba pasando, que no era propio de mí. Sentía que no podía contarle, ya que en ese mismo momento recordé bastante de lo que había soñado hasta ahora. Sentí una terrible ansiedad. Esa noche Anthea se quedó a cuidarme en mi apartamento, y esa misma noche logré descansar.

Anthea se fue temprano, ya que tenía clase muy temprano, así era el horario de ella. Volví a dormir, quería descansar más y así fue. Me levanté a las once de la mañana y puse un tablero en mi habitación. Lo clavé a la pared, conseguí esferas de hilos de muchos colores. Me senté frente al tablero con una silla del comedor y me puse a observar.

Han pasado muchos acontecimientos, bueno en realidad no muchos pero debía centrarme. Empecé pegar periódicos, fotos de la familia asesinada, escribir incógnitas, las unía con hilos rojos esperando que me guiasen hacia algún lugar. Pero lo que me pasó en la biblioteca y lo que le pasó a la familia tenían algo en común… La criatura que era tan oscura como un agujero negro… no podía olvidar que el niño, el sobreviviente estaba vivo, pero en coma. Lo sé, lo sé, era como no tener nada, pero es un gran testigo ese niño.  Hice la incógnita de mi “habilidad”. ¿De dónde venía? ¿Por qué lo hacía? ¿Alguna fuerza sobrenatural?... no tenía respuesta… ¡Claro que puse en el tablero el hombre encerrado en una habitación oscura, su nombre era Damen!…



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